miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un día más, un día menos.

Uno de diciembre,
-¡Anda!, ¿ya estamos en diciembre? pues si que pasa el tiempo rápido.
Sin darle importancia al tiempo pasan los días, y sin darme cuenta malgasto cada segundo no sonriendo, no siendo feliz. Cada mañana, abro los ojos, levanto y me miro al espejo. Me sonrío, pensando así que mí día va a ir mucho mejor. Pero me equivoco. Me equivoco de manera inexplicable. ¿Cómo puede ser que empieces bien un día y termines queriendote morir?, pues si pasa. Sin yo hacer absolutamente nada, la desgana, las ganas de llorar han venido. No quería pero han venido. Los cambios de humor, de felicidad a tristeza son la cosa más normal para mi estos días y sinceramente no lo entiendo. No entiendo qué me pasa. ¿Estaré cambiando?, es extraño. Es inexplicable, pero yo quiero saber la solución. Son ganas de que le den al mundo y que quiero hacer lo que me de la gana, sin importarme lo que pueda pasar después, ganas de que si te metes con mi amiga yo te pego, y me da igual que venga alguien más fuerte que yo y me pegue, ganas de.. de.. vacilar. Sí, esa es la palabra. De creerme más que nadie cuando sé perfectamente que yo no soy así. Yo nunca he sido así, yo siempre he sido la niña callada cuando me miraban mal, la que sonreía a todo el mundo para caerle bien aunque me devolvieran una cara de asco. Pero ahora soy de las que te miran sonriendo y dices: "¿tú qué miras niña?", y yo no quiero ser así. No quiero volverme una "vacilona", ni nada así. Quiero ser la niña que he sido siempre, a la que todos querían. Pero no, no es así y lo peor de todo es que nosé si estoy llendo para mejor ni para peor, porque yo creo que esto solo lo estoy viendo yo sola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario