domingo, 14 de noviembre de 2010

¡Joder!, no hay otra palabra.

Una sonrisa.

Lo veo desde lejos de repente. "¡Oh, no es él", pienso. Cuando de repente se me dibuja una sonrisa instantánea que borro en menos de un segundo para que nadie vea. Es él, ya está aquí para estropearme el día de no pensar en ti. Pues... ¿me saludará?, habíamos quedado en que me llamara después de ducharme y no lo ha hecho. Le saludo a él el último. Mientras que saludo al otro, saluda a los demás mirándome. ¿Qué hago?, ¿Le saludo? Cuando termino de saludar le miro. Entonces él se acerca. "Habrá que saludarle", pienso cuando en verdad me muero de ganas de hacerlo. Lo hace, pero sin mirarme a la cara. Como es mucho más alto que yo mira al frente y yo le miro. Me dice sin mirarme:
-Lo siento, no te he podido llamar me tenía que ir a comer.
-Ah, bueno da igual. (Si claro, no me podías llamar, yo loca porque me llamaras y tú comiendo. ¿Y a las cuatro tampoco, eh?)
Nos vamos, y de repente me vuelvo a poner hiperactiva. Segunda vez que me pasa, cuando lo veo, me vuelvo loca y feliz de repente. "Joder, esto es nuevo, pienso". Y chillo por toda la calle a mi amiga:
-¡QUE NO ME PODÍA LLAMAR, SI CLARO, ESTE FLIPA!, ¡SEGURO QUE SÍ JODER!
Entonces, me entran unas ganas locas de perdonarle, pero no puedo. Mi amiga se ha enfadado contigo por mi y tengo que hablarlo con ella antes de nada. 
Pero, de todas formas, te dejo a un lado de mi corazón. Sabiendo que podré estar con muchos, pero que ati siempre te voy a tener un cariño especial.

Sí, sigo soñando contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario